Las cuatro tenemos
personalidades fuertes, diferentes. No es sólo un tema de estética, porque todas
representamos una imagen de belleza que no es absolutamente perfecta, sino
cercana, sutil, real", resume Natalia Oreiro (34) cuando se le pregunta qué
tiene en común con Araceli González (43), Luisana Lopilato (24) y María Laura
Santillán (50). Sentadas en la terraza del tradicional hotel Martínez, bajo el
sol de Cannes, las demás asienten y celebran la respuesta de la uruguaya,
flaquísima a sólo cuatro meses de tener a Merlín. Pero por la noche, cuando
recorran juntas la alfombra roja del Grande Théâtre Lumière como embajadoras
argentinas de L'Oréal Paris en el Festival de Cine que se celebra por 65º vez en
esta glamorosa ciudad de la Costa Azul, se verán, sí, absolutamente
perfectas.
Para Oreiro, que llegó hace una semana con su bebé y su
marido, Ricardo Mollo –"un santo" en su rol de papá y niñero full time– será la
tercera vez que cruzará el tapis rouge de Cannes bajo los flashes de los
paparazzi y los fans: ya lo hizo anoche junto a Araceli, Luisana y María para la
proyección de Killing them softly, de Brad Pitt, y para la de la película que
protagoniza, Infancia clandestina, del argentino Benjamín Avila, que participa
en la muestra La Quincena de los Realizadores. ¿Si Mollo la acompañó en alguna
de esas ocasiones? "Lo más difícil sería que se pusiera un smoking",
confía la actriz entre risas, y cuenta que el músico pensaba ir con ella a la
presentación del film de Avila "pero en cuanto Merlín le vio la cara a la
niñera no hubo forma de que parara de llorar, así que se quedó con él". La
mamá, que recuperó su increíble figura y deslumbró en la red carpet ("no
podés hacer dieta cuando estás dando pecho, pero Merlín chupa y chupa, y eso te
hace adelgazar"), lució primero un diseño negro de Pablo Ramírez, después
un escotadísimo blanco del libanés Basil Soda, y uno azul, de corte sirena y con
cola, de su propia marca, Las Oreiro, para la exhibición de On the road, de
Walter Salles.
Tampoco Lopilato atravesó la alfombra roja con su marido,
Michael Bublé. El cantante tenía otros compromisos y Luisana aprovechó para
viajar con su hermana, Daniela, y no se despegó ni un segundo de su celular,
desde donde compartió la experiencia con sus casi dos millones de seguidores de
Twitter. ¿Qué se puso? Un vestido verde de Jorge Ibáñez bordado y plisado en el
escote y un strapless amarillo "de un diseñador neoyorquino", que
eligió para ella el estilista de la marca que representa.
En cambio,
Araceli sí pudo caminar la red carpet del brazo de Fabián Mazzei –cumplirán
cinco años juntos en diciembre–, con quien se reencontró en París después de
casi veinte días. Ella viene de estar en Nueva York, y él de filmar la segunda
parte de la miniserie italiana Tierra rebelde en Uruguay. La actriz y conductora
hizo gala de sus días de modelo: lució un espectacular diseño del libanés Zuhair
Murad, con un hombro descubierto y un pronunciado tajo, para la proyección del
film de Brad Pitt, y uno de J. Mendel en negro y al cuerpo para la del de Walter
Salles.
Aunque ninguna de las embajadoras de L'Oréal tuvo mejor escolta
que María Laura Santillán, que viajó con su hija menor, Elena (10). La
conductora de Telenoche eligió siempre modelos de una de sus diseñadoras
preferidas, Carolina Herrera: el primero en strapless azul con estampa floral, y
el segundo en colorado. "La experiencia de la alfombra roja es fuerte,
maravillosa y divertida, como lo es toda la preparación previa; que te peinen,
te hagan los pies, las manos...", dice Santillán, y toma la posta Araceli:
"Es surrealista tener un séquito a tu disposición para arreglarte. Somos
cuatro personas muy ocupadas y nunca tenemos tiempo para hacer todo eso".
La única que reconoce que vivió todo con "un toque de estrés" es Oreiro.
Es que quiere darle pecho a Merlín por lo menos hasta los seis meses –si puede,
hasta el año–, y el bebé la reclama cada tres horas. Entonces, la charla deriva
inevitablemente en la maternidad. "Tampoco es cuestión de darles hasta los
cuatro años", opina Araceli. "En el campo se usaba", sostiene
Natalia. "Dicen que es lo que hay que hacer. Lo que pasa es que después las
lolas se te caen y si hay algo que odio son las cirugías", acota Luisana y
las demás se ríen un poco, aunque no tanto como cuando Mrs. Bublé asegura que le
impresiona que los bebés "ya tengan forma y cara de personas desde que
nacen".
–¿Pero entonces tenés planeado tener hijos pronto,
Luisana?
Lopilato: Sí, sí. Me encantan los chicos.
Vengo de una familia grande, y con Mike somos felices y queremos tener hijos (lo
dice como recitando la respuesta de memoria, y las demás se vuelven a reír).
–María y Araceli: ¿ustedes que son mamás desde hace más tiempo
(Santillán tiene a Elena –10– y a Josefina –18–, de su relación con Carlos de
Elía, y González a Florencia –23, acaba de radicarse en Boston por tres meses
para estudiar en la prestigiosa escuela Berklee y Ara no oculta su orgullo– y a
Tomás "Toto" –13–) tienen consejos para las
chicas?
Santillán: ¡Nooo! No tiene sentido. Ni
siquiera a vos te sirve lo mismo para un hijo y para
otro.
González: Tal cual. Cada mamá aprende con su bebé y
cada hijo es diferente.
–¿Y vos escuchás consejos,
Natalia?
Oreiro: Sí, pero siempre supe que como
mamá iba a hacer mi propia experiencia. Cuando tu hijo llora, no te sirve ningún
consejo.
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La
verdad es que a todas se las ve atravesando buenos momentos en sus vidas, y
seguramente éste es uno de ellos. "Cannes es una experiencia totalmente
glamorosa", dice Oreiro. "Lo que estamos viviendo es como de
cuento", sigue Araceli. "Como si nos hubiéramos convertido en princesas
por estos días... ¡Después volveremos a ser calabazas!", remata Santillán,
y de nuevo hay risas. "Lo bueno es que también nos quieren cuando somos
calabazas: las cuatro sabemos dónde estamos paradas y que nuestros valores, en
la vida y como embajadoras de L'Oréal, están en otro lado".
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